domingo

Mito sobre la felicidad. (Reflexión sobre la opinión de Sonja Lyubomirski)

Mito número 1: "La felicidad se tiene que encontrar"
Casi siempre esperamos a que llegue mañana para ser más felices, en nuestro estado de bienestar siempre creemos que las cosas nos irán mejor mañana. Y desde mi punto de vista aunque esta postura sea desacertada, tenemos que estar contentos por creer en eso debido a que esto es fruto de nuestro crecimiento económico y social. (a pesar de la crisis en la que estamos inmersos). Cuando esta espectativa de futuro no es así, indica el malestar global del país en el que te encuentras y es muy triste tener un futuro desalentador. ¡Pero me estoy desviando del tema!
Hay una tira cómica [1] comentada por Sonja Lyubomirski [2] en la que un niño está impaciente por crecer y ser feliz. Esperamos a que llegue mañana pero realmente si no estamos felices hoy no lo estaremos mañana.
Ya sabemos que el 40 % de la felicidad depende de la actividad deliberada del individuo y por lo tanto la felicidad no está ahí fuera esperando a que la encontremos o la descubramos. La felicidad está dentro de nosotros ya que es un estado mental, una manera de percibirnos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea. Elije tu estado mental.
Ya se que estas pensando muchas cosas que discrepan sobre esto. Hay muchos ejemplos sobre los que tenemos aferradas creencias del estado de la felicidad. Voy a comentar una de esas creencias con la que basamos nuestra felicidad. La llamaría "el matrimonio", pero esto sería poco generalista hablando en tiempo actual. Voy a llamarlo relación sentimental estable:
Diversos estudios demostraron que los casados eran más felices que los solteros o singles, como está ahora de moda el llamarlo. [3] Sin embargo en un estudio que marcó un antes y un después sobre esta creencia nos enseñó que esto no tenía por qué ser así: [4]
En Alemania se entrevistó todos los años a 25.000 personas bien fuesen inmigrantes , extrangeros o nativos. Durante este estudio 1761 individuos contrajeron matrimonio o siguieron casados. ¿Y que observaron? que después de la boda la pareja recibe una inyección de felicidad cuyos efectos duran unos dos años y después de este tiempo regresan a su valor de referencia, a su felicidad inicial.
Otro estudio (que hoy no voy a comentar) sugerió que algo similar ocurre con el dinero o la adquisición de bienes materiales. Por si lo quieres leer --> [5]
¿Por qué se produce la adaptación edonista?
Por un amumento de los objetivos. Siempre esperas tener algo mejor de lo que ya tienes. Siempre buscas acumular objetivos y a pesar de conseguirlo nuestra felicidad global no aumenta. En definitiva se podría decir que la adaptación edonista apaga la felicidad y satisfacción después de cualquier adquisición o mejora.
Aunque esto no es tan malo, somos edonistas tanto para lo bueno como para lo malo, es decir: "a lo malo también nos adaptamos" y esto es una herramienta indispensable para soportar determinadas condiciones de nuestra vida que podrían hacer que nos atasquemos en un punto. Aunque si somos felices en otros aspectos que surgen de nuestro propio ser sentiremos más alivio enfocando nuestros pensamientos sobre ello. Recuerda la idea clave de esta entrada : Elije tu estado mental. En más entradas escribiré de una vez por todas como conseguirlo.
Finalmente quiero que sepas que yo también me visualizo dentro de unos años felizmente casado y con todas las necesidaes básicas de mi vida ampliamente cubiertas. ¿Por qué no? Pero todos los días intento disfrutar del camino hacia ese futuro, lo que hace que las dificultades y los baches sean más pequeños, disfrute de mis actividades deliberadas y genere así los items necesarios para continuar en la corriente de la felicidad.

[1] Lyubomirsky, King y Diener, ob.cit [Introducción nota 1], 2005
[2] Sonja Lyubomirsky "The how of Happiness" The Penguin Press, New York.
[3] W.C Compton Positive psycology interventions - An introduction to positive psycology, Wadsworth, Belmon (California) 2004, pp 182-195
[4] A.S. Masten Ordinary magic: Resilience processes in development. American Psycologist, 56 (2001) pp 227-238
[5] J. Edwards, Four trials, Simon & Schuster, Nueva York,20004

1 comentario:

Mr.Micelar dijo...

Estoy de acuerdo contigo cuando dices que la felicidad la tenemos nosotros mismos, pero en cierto modo, y como excepción al ejemplo no como verdad absoluto, la felicidad es cuantizable en tanto en cuanto creo que cada uno nace con una porción de felicidad distinta. Es decir, cada uno tenemos distinta predisposición para ser feliz sin tener que buscarla en cualquier condicionante (relación afectiva, bienes materiales, realización personal, etc). Y se da el hecho de que algunas personas les basta con esa porción de felicidad con la que nacen y otros sienten la necesidad de buscarla, y es quizas en esa búsqueda donde se menosprecia la felicidad llamémosle "nativa" en detrimento de la pieza de puzzle que nos falta. Y claro, si olvidamos el punto de partida lo más normal es que nos perdamos en el camino.

Conclusión: Antes de lanzarse como un desesperado hacia la meta de la felicidad no haríamos mal en interiorizar los recursos de los que disponemos.

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